Si bien es cierto que, el valor patrimonial de una empresa se mide conforme a sus bienes tangibles, es importante reiterar que el valor de la propiedad industrial también forma parte importante de esta, la cual tiene un valor medible y cuantificable, ya que se trata de un Derecho Real en particular de un patrimonio corporativo. Sin embargo, en ocasiones la marca vale mas por si misma que por la propia empresa.
Como antecedente, nuestra marca ha sumado valor real cuantificable desde; la percepción en el mercado, el alcance de su calidad marcaria y la lealtad de nuestros consumidores o clientes. Diversos autores señalan que la marca es el alma del producto, en nuestro caso, la marca es cada vez más valiosa y poderosa lo que ha ayudado a impulsa el crecimiento directo del corporativo, se ha convertido en un factor angular de su riqueza y patrimonio.
El valor de la marca o brand equity, es la lealtad de nuestros consumidores o clientes; esto es lo que nos ha permitido mantenernos durante tantos años. En términos generales, un mal o buen manejo de nuestra marca, nos puede llevar a tener un detrimento o un crecimiento en el patrimonio real del corporativo, por lo que resulta de vital importancia mantener la calidad, competencia, imagen y el sentimiento que produce al momento de consumir un servicio de limpieza, ese sentimiento es intangible y difícil de medir.
Actualmente, hablar de las marcas es hablar de un banco de poder, ahora las empresas valen más por su reconocimiento social, no tanto por su calidad o posibilidad de distribución; las redes mercantiles son ahora virtuales, lo cual, genera una mayor competencia e inestabilidad, por ello reiterar que el mantenimiento de la marca LINSA durante tantos años ha sido un trabajo en conjunto que ha sumado al valor patrimonial de la nuestra empresa.
