Gestionar una empresa no es una tarea fácil, ya que además de desarrollar las actividades principales de la organización, es necesario cumplir con todas las obligaciones y con las necesidades impuestas por el gobierno, las exigencias de los empleados y de los consumidores.
El aumento de la competencia entre mercados obliga a las empresas a que concentren sus mejores recursos en el negocio principal, creando oportunidades de actividades outsourcing, funciones y procesos como: transporte, almacenamiento, sistemas informáticos, funciones financieras, entre otros.
Outsourcing
El outsourcing es un proceso a través del que una organización (contratante) contrata a otra (subcontratado), manteniendo con ella una relación de mediano a largo plazo, dependiendo del desempeño en una o varias actividades, que la primera no puede o no le conviene desempeñar y en donde la segunda es especialista.
De forma general, podemos decir que outsourcing es la contratación de una empresa o de terceras personas para realizar actividades, de las cuales la organización contratante no tiene conocimiento o no cuenta con la infraestructura necesaria para ejecutarlas, pero que cuyos servicios resultan imprescindibles para su correcto funcionamiento.
Este método es utilizado por los más diversos sectores de una empresa, ya que pudieran contratarse servicios para realizar la limpieza, para soporte técnico y tecnológico e incluso para productos financieros y de comunicación.
El outsourcing permite a la empresa enfocarse principalmente en el negocio y no consumir recursos humanos y financieros en otras áreas que no son estratégicas para su actividad principal. Así se logra un mayor rendimiento al evitar distracciones innecesarias.
El outsourcing traslada parte del riesgo empresarial en sectores clave, como el financiero, o en nuevos servicios, como aquellos relacionados con la tecnología, a proveedores externos especializados. Además, reduce el riesgo al evitar grandes inversiones iniciales en infraestructura o tecnología, lo que amplía la capacidad de destinar recursos a proyectos nuevos.
El resultado final al seguir una estrategia de externalización de servicios (outsourcing) es lograr que la empresa adopte una buena posición estratégica en un mercado competitivo y en un entorno globalizado. El outsourcing permite reducir los costes de su empresa logrando una mayor productividad de forma flexible.
Insourcing
Contraponiendo al outsourcing, el concepto de insourcing aún no tiene una definición muy clara o difundida en el medio académico o empresarial. Sin embargo, puede ser entendida como una estrategia para mantener todos los servicios de una empresa trabajando internamente, sin la contratación de proveedores para servicios en proyectos.
Es un método ampliamente utilizado en la producción para reducir los costos de impuestos, transporte y mano de obra. Se puede definir también como una especie de servicios de “tercerización interna”, y en pocas palabras, el insourcing es lo contrario a outsourcing.
El insourcing implica la creación de un departamento dentro de la empresa y la contratación de profesionales especializados para atender las actividades secundarias organizacionales. Esto puede ser más difícil de lo que suena y al inicio es probable que el costo sea mayor al invertido para la contratación de servicios tercerizados.
La industria moderna parece enfrentar el outsourcing contra el insourcing todo el tiempo. Nos colocan ventajas y desventajas, para elegir la que mejor corresponda. Pero la verdad es que algunas empresas necesitan de las dos para conseguir una combinación correcta para mejorar los talentos y los servicios a un mejor costo-beneficio.